El fabricante de aviones Boeing suspenderá a partir de enero la producción del 737 Max, aeroplano que ha estado involucrado en dos choques fatales que costaron la vida de 346 personas, según anunció la compañía, dio a conocer el sitio web The Verge.
Aún no está claro cuánto durará el freno a la producción, y la empresa ha señalado que esta decisión no resultará en despidos o licencias de trabajadores. La compañía ha estado fabricando cerca de 40 aeronaves por mes luego del castigo al 737 Max en marzo de este año, y tienen alrededor de 400 unidades almacenadas.
«Boeing dijo que preferirá priorizar la entrega de las aeronaves guardadas y temporalmente suspender la producción del programa 737» en aras de mantener «un sistema de producción de largo plazo y una saludable cadena de suministro».
La firma ha dicho previamente que espera tener de vuelta en el aire el 737 Max para finales de 2019, pero el proceso de certificación con la Administración Federal de Aviación aún continúa. Como resultado, las aerolíneas de Estados Unidos que usan este modelo de avión como Southwest y American han continuamente retrasado la reintroducción de la aeronave. Estas aerolíneas ahora no esperan usar la nave de nuevo hasta marzo o abril del próximo año.
Los dos vuelos mortales del 737 Max estuvieron relacionados con una pieza de software anti-freno conocido como Sistema de Aumento de Características de Maniobra, así como con la producción, el diseño y atajos regulatorios tomados por Boeing.
En un intento por competir mejor contra el avión más nuevo, más combustible-eficiente de su rival Airbus llamado A320neo, Boeing decidió retocar el diseño del 737 en lugar de crear un nuevo avión desde cero. El resultado fue el Max, una versión que utilizaba motores más largos y más eficientes con el combustible. Estos motores tuvieron que colocarse más adelante de donde se usaban normalmente, y como resultado, el avión estuvo más propenso a lanzarse y detenerse en ciertos escenarios.
Ahí entró el nuevo sistema, desarrollado para evitar sucedieran esos frenados inclinando automáticamente la nariz hacia abajo, pero la compañía cometió errores fatales. El sistema fue diseñado para confiar en un solo sensor a las afueras de la nave para determinar si el vehículo estaba por detenerse, lo que significa que no había forma para el sistema para saber si el sensor estaba dañado. Boeing además no le dijo a los reguladores ni a los pilotos sobre el sistema, en un esfuerzo de mantener los costos de entrenamiento bajos.
Como resultados, los pilotos del vuelo Lion 610 y el vuelo de Etiophian Airlines terminaron luchando contra un software que no sabían que existía, uno que intentaba detener sus aviones de un freno que no estaba sucediendo.
«Devolver el 737 Max al servicio es nuestra principal prioridad. Sabemos que el proceso de aprobación del regreso al servicio y de determinar los requisitos de capacitación adecuados debe ser extraordinariamente exhaustivo y sólido para garantizar que nuestros reguladores, clientes y el público en general tengan confianza en las actualizaciones del 737 Max», dijo la compañía en una declaración.
A comienzos de este año, Boeing anunció un fondo de 100 millones de dólares para las familias y comunidades de las víctimas de los dos choques. La compañía además llegó a acuerdos en demandas con las familias del primer accidente, aunque se han presentado muchas más. Además la empresa ha colocado aparte más de cinco mil millones de dólares para compensar a clientes del 737 Max, debido a preocupaciones acerca de cómo la suspensión de la producción podría impactar a los muchos proveedores de la compañía.
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