Durante cinco décadas se desvió la atención de la política de salud pública de Estados Unidos, y la del mundo, sobre la responsabilidad que tiene el azúcar con las enfermedades del corazón, culpando a las grasas saturadas mediante la compra de científicos y cabildeo a instituciones públicas por parte de la industria azucarera, dio a conocer Noticieros Televisa en su sitio web.
Estos señalamientos los hizo Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor, refiriendo que este engaño fue revelado en el reporte «La industria del azúcar y la investigación sobre enfermedades coronarias del corazón. Un análisis histórico de documentos internos de la industria», publicado en el Journal of the American Medical Association.
La estrategia se dio a mediados del siglo pasado por parte de la Fundación de Investigación del Azúcar para negar el vínculo del consumo del azúcar con las enfermedades cardiovasculares y así quitarle el foco de atención a este ingrediente de la atención de políticas de la salud.
Con financiamiento a estudios científicos e influencia en organismos gubernamentales, la asociación desvió la atención a las grasas saturadas y el colesterol como única causa de los males cardiacos, previniendo así políticas públicas que impulsaran la reducción del consumo del azúcar, esto ha acarreado la actual epidemia global de obesidad y diabetes.
«La industria azucarera identificó que una dieta baja en grasas era una oportunidad para aumentar la presencia de azúcar en ella», añadió Alejandro Calvillo en un artículo publicado en el boletín del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
También se influyó para que el Programa Nacional de Caries del Instituto de Investigación Dental estadounidense dejara de poner atención al consumo de azúcar como la principal causa de caries.
Se alertó que la historia parece repetirse con la industria de alimentos ultra procesados ante el daño que han causado en la salud pública de la población y cuya ingesta se ha triplicado en los últimos 50 años, estando México y Chile como los principales consumidores en toda América Latina.
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