Microsoft se retira oficialmente de Rusia: su unidad local se declara en quiebra

Microsoft ha iniciado el proceso legal para declarar en quiebra su subsidiaria en Rusia, marcando así una etapa final en su retirada del país tras más de dos años de reducción progresiva de operaciones. La compañía tecnológica ya había suspendido sus ventas y servicios nuevos en Rusia desde marzo de 2022, en respuesta a la invasión de Ucrania por parte del gobierno ruso.

Reducción progresiva desde 2022

Desde que comenzó el conflicto, Microsoft fue una de las primeras grandes tecnológicas en anunciar una retirada parcial del mercado ruso. A lo largo de los últimos años, la empresa cerró oficinas, canceló contratos y redujo personal, dejando una operación mínima en el país. En 2023, se reportó que menos de 10 empleados continuaban trabajando para la empresa en Rusia.

Proceso legal y consecuencias

Según el medio ruso Vedomosti, la subsidiaria ha presentado una solicitud ante el Tribunal de Arbitraje de Moscú para declararse en quiebra. Esta acción legal representa el último paso de Microsoft para desvincularse completamente de sus operaciones en ese territorio. Aunque la empresa había mantenido ciertas actividades relacionadas con soporte técnico, ahora busca cesar por completo cualquier relación comercial o legal en el país.

Un movimiento con implicaciones globales

La decisión de Microsoft se enmarca en un contexto geopolítico complejo, en el que numerosas empresas occidentales han abandonado Rusia como protesta o precaución ante sanciones y riesgos regulatorios. Esta desvinculación no solo afecta a los usuarios y empresas locales, sino que también plantea desafíos tecnológicos a largo plazo para el ecosistema ruso, particularmente en lo relacionado con software empresarial y servicios en la nube.

Microsoft mantiene su enfoque en mercados estratégicos

Mientras tanto, Microsoft continúa fortaleciendo su presencia en regiones clave como Europa occidental, América del Norte y Asia-Pacífico, consolidando su papel como líder en soluciones de productividad, servicios en la nube y ciberseguridad. La salida de Rusia, aunque significativa, responde a una estrategia más amplia de cumplimiento normativo y alineación con valores corporativos en un entorno internacional cada vez más complejo.