Un nuevo reporte de 11 mil 258 científicos en 153 países de un amplio rango de disciplinas advirtió que el planeta «clara e inequívocamente enfrenta una emergencia climática», dio a conocer The Washington Post.
El análisis es el resultado de recientes evaluaciones científicas sobre el calentamiento global, como las del U.N. Intergovernamental Panel on Climate Change, en el sentido de que no expresa conclusiones en el lenguaje de las incertidumbres, y en cambio prescribe políticas a tomar.
El estudio llamado «Los científicos del mundo alertan de una emergencia climática», marca la primera ocasión en que un grande grupo de científicos ha formalmente salido en favor de etiquetar el cambio climático como una «emergencia», la cual el estudio anota es causada por muchas tendencias humanas que juntas incrementan la emisión de gases de efecto invernadero.
El reporte, publicado en el periódico Bioscience, fue encabezado por los ecologistas Bill Ripple y Christopher Wolf de la Universidad Estatal de Oregon, junto con William Moomaw, un científico climático de la Universidad de Tufts e investigadores en Australia y Sudáfrica.
«A pesar de 40 años de negociaciones del clima global, con pocas excepciones, generalmente hemos llevado a cabo los negocios como de costumbre y en gran medida hemos fallado en abordar esta situación», establece el estudio.
El documento basa sus conclusiones en un conjunto de indicadores fáciles de entender que muestran la influencia humana en el clima, como 40 años de emisiones de gases de efecto invernadero, tendencias económicas, tasas de crecimiento de la población, producción per cápita y pérdida global de la cubierta arbórea, así como las consecuencias, como las tendencias de temperatura global y el contenido de calor del océano.
El estudio también se aparta de otras evaluaciones climáticas importantes, ya que aborda directamente el tema políticamente sensible del crecimiento de la población. Señala además que la disminución global en las tasas de fertilidad se ha «ralentizado sustancialmente» durante los últimos 20 años, y pide cambios «audaces y drásticos» en el crecimiento económico y las políticas de población para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Dichas medidas incluirían políticas que fortalezcan los derechos humanos, especialmente para las mujeres y las niñas, y hagan que los servicios de planificación familiar estén disponibles para todas las personas.
Sobre la energía, el reporte hace un llamado al mundo a implementar energía masiva eficiente y prácticas de conservación, y eliminar los combustibles fósiles en favor de fuentes de energía renovable, una tendencia que apunta no está sucediendo lo suficientemente rápido. Además pide que los combustibles fósiles remanentes, como carbón y petróleo, permanezcan en el suelo, y nunca sean quemados para generar energía, una meta clave para los activistas del clima.
Otros elementos en la lista de prioridades políticas del estudio incluyen la reducción rápida de las emisiones de contaminantes climáticos de corta duración, como el hollín y el metano, que podrían frenar el calentamiento a corto plazo. También exige un cambio a comer principalmente alimentos a base de plantas e instituir prácticas agrícolas que aumenten la cantidad de carbono que absorbe el suelo.
En cuanto a la economía, se establece que mejorar la sostenibilidad de largo plazo y reducir la desigualdad debe priorizarse sobre el crecimiento de la riqueza, medido con el producto interno bruto. Los autores también abogan por políticas que reduzcan la pérdida de biodiversidad y la destrucción de bosques.
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