Amazon siempre quiere estar a la vanguardia, sin embargo no todo sale como lo planean, y uno de los proyectos a los que les ha apostado varios millones aún no ha logrado prosperar.
Se trata de las tiendas físicas llamadas Amazon Go, conocidas como los «supermercados sin filas».
El proyecto de tener tiendas físicas llegó a la mente de Jeff Bezos desde el año 2012, pero le fue presentado apenas hace cuatro años, cuando sus empleados convirtieron un almacén en un supermercado donde el empresario simuló ir de compras por los diferentes pasillos. A pesar del esfuerzo Bezos les dijo que la experiencia se sentía un poco desarticulada.
El ejecutivo les pidió enfocarse en la eliminación de filas y cajas. Hoy día existen 14 tiendas de este tipo en Seattle, San Francisco, Nueva York y Chicago, refiere El Financiero en su sitio web.
De acuerdo con un ejecutivo del gigante minorista su meta es estar en cada esquina tal como Starbucks o los 7-Eleven, pero por el momento, luego de siete años de estar trabajando en este modelo el número es escaso y muchos conciben este proyecto como un experimento bastante costoso.
Para entrar en estos negocios los clientes escanean un código de su teléfono en la entrada, posteriormente escogen los productos y todo se les va cargando a sus cuentas. Sin filas ni cobradores. Sin embargo, el proyecto no ha sido tan fructífero como pensaron en un principio. En las primeras fases los ingenieros tuvieron que resolver problemas tales como colocar un sistema para averiguar qué es lo que toman las personas y si lo dejan en otro lugar.
Así se optó por colocar decenas de cámaras que cuelgan para monitorear a los compradores, al tiempo que básculas en los estantes clasifican los productos.
Algoritmos deciden quién tomó qué, y trabajadores de Amazon en oficinas remotas revisan que se les cobre correctamente. Cada tienda tiene un empleado para ayudar a la gente a descargar la app, reabastecer estantes y verificar la mayoría de edad.
La tienda Go original se abrió a empleados de la empresa en diciembre de 2016, pero la inauguración pública, programada para inicios de 2017, se retrasó 12 meses. El sistema a veces se congelaba cuando había 20 o más compradores al mismo tiempo. Perdía el rastro de los productos cuando los dejaban en un estante diferente.
Los compradores estaban confundidos. Dudaban a la salida y preguntaban al empleado en el sitio si realmente podían irse, por lo que durante las pruebas se colocó un gran póster que decía: «No, en serio, ¡puedes irte!».
Estos experimentos no han impactado los resultados financieros en la forma en que Bezos esperaba cuando concibió el proyecto en 2012, pero él siempre ha dicho que los conceptos deben probarse siete años antes de esperar un retorno financiero. Al ritmo que está avanzando, la tienda Go superará ese plazo antes de poder amortizar la inversión.
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