La compañía mueblera Ikea llegó a un acuerdo para pagar una indemnización de 46 millones de dólares a los padres de un niño que murió aplastado por uno de sus muebles en el año 2017, dio a conocer El País.
Al menos seis niños, todos de menos de dos años de edad, murieron al volcarse encima de ellos una cómoda de la línea Malm, cuando intentaron trepar por estas. En el 2016 la empresa sueca acordó una indemnización de 50 millones de dólares con otras tres familias afectadas y retiró de sus tiendas de Estados Unidos y Canadá 29 millones de las cómodas. Aunado a ello ofreció a los clientes estadounidenses que adquirieron ese mueble la devolución del importe o un kit para sujetarlo al muro. A pesar de los accidentes aseguraron que la cómoda era segura siempre que estuviera anclada a la pared.
Pero en la demanda recientemente resuelta por el tribunal estatal de Pensilvania, donde se localiza la sede de la firma en Estados Unidos, los padres del menor afirman que Ikea sabía que la cómoda era inestable y no avisó a sus clientes de los riesgos. Además, la empresa nunca les ofreció un sistema de anclaje.
Ikea afirma que ya han tomado medidas para elevar la concientización sobre el riesgo de que sus muebles pueden volcarse accidentalmente y han capacitado a sus colaboradores en ese sentido. Sin embargo, subraya que se mantienen trabajando en la solución de este problema.
El hecho de los seis niños fallecidos se conoció días después que Ikea retirara del mercado para repararse frigoríficos y congeladores Frostri en España por un posible riesgo de descarga eléctrica. La empresa pidió a sus consumidores que desenchufaran el electrodoméstico de inmediato y se pusieran en contacto con el servicio de atención al cliente para que un técnico lo arreglara.
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