Desde su creación en 2008, la App Store de Apple ha representado un modelo de negocio cerrado y altamente controlado, conocido popularmente como el "jardín vallado" de Apple. Esta estrategia ha permitido a la empresa mantener un entorno seguro y privado para los usuarios de iPhone, evitando ataques masivos y limitando el acceso de los desarrolladores a información personal. Sin embargo, este modelo está a punto de cambiar radicalmente.
La Ley de Mercados Digitales (DMA), impulsada por la Unión Europea y aprobada en 2022, ha sido un catalizador para un cambio significativo en el ecosistema de Apple. A partir de marzo de 2024, con la implementación de la versión 17.4 de iOS, Apple se ve obligada a abrir su App Store a tiendas de aplicaciones alternativas, así como a alterar algunas restricciones impuestas anteriormente a los desarrolladores. Este cambio, aunque realizado a regañadientes, marca una nueva era en el mundo de las aplicaciones para iOS.
Una de las transformaciones más notables es en la estructura de tarifas y pagos. Los desarrolladores ahora pueden optar por servicios de pago de terceros, sin incurrir en tarifas adicionales de Apple. Aquellos que elijan seguir utilizando el sistema de pago de Apple enfrentarán una tarifa de procesamiento del 3%. Además, se ha introducido una "Core Technology Fee" después de un millón de instalaciones anuales en la UE, cobrando 0,50 euros por instalación.
Los usuarios europeos de iPhone verán nuevas opciones al comprar aplicaciones, como la posibilidad de usar navegadores distintos a Safari y realizar pagos NFC con aplicaciones de terceros. Estas tiendas alternativas tendrán sus propias reglas y métodos de pago, aunque podrán usar Apple Pay pagando una comisión a Apple. A pesar de estas nuevas libertades, Apple mantendrá ciertos controles de seguridad y alertará a los usuarios sobre los riesgos de usar servicios de pagos de terceros y aplicaciones no provenientes de la App Store.
Para los desarrolladores, esta nueva situación en Europa complica el esquema de comisiones, ofreciendo la opción de mantener la distribución a través de la App Store con las comisiones existentes o pasar a un nuevo sistema por bloques. En cuanto a la seguridad, Apple implementará medidas para mitigar los riesgos asociados con la apertura de su ecosistema, como la notarización de aplicaciones y la posibilidad de frenar la ejecución de una aplicación si se descubre código malicioso.
En resumen, estos cambios representan un punto de inflexión significativo en la historia de la App Store y el ecosistema de aplicaciones de iOS. Aunque Apple ha expresado su preocupación por los posibles riesgos de seguridad y privacidad, estas medidas son un paso hacia un mercado de aplicaciones más abierto y competitivo, en línea con las regulaciones de la Unión Europea.
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