China extendió su más grande fiesta nacional para ganar tiempo en la pelea contra la
epidemia viral del coronavirus, mientras el número de muertos subió a 81 a pesar de las
medidas de cuarentena sin precedentes tomadas y los bloqueos a los viajes, informó la
agencia AFP.
En un signo de preocupación el Premier Li Keqiang visitó la zona cero en la provincia de
Hubei, para supervisar los esfuerzos de contensión en Wuhuan, una ciudad de 11 millones
de personas donde emergió el coronavirus a finales del año pasado.
El gobierno selló Wuhan y ciudades vecinas, efectivamente atrapando a decenas de
millones de personas, en una apuesta para contener el esparcimiento del virus.
Miles de extranjeros han sido atrapados en los bloqueos, iniciando una lucha de algunos
países para orquestar vuelos de evacuación para sus ciudadanos de Wuhuan.
Fueron confirmadas 24 nuevas muertes en Hubei a inicios de esta semana, y otra más en
una isla del sur, en la provincia de Hainan, elevando el número total de muertes a 81,
mientras se incrementaron los infectados a más de 2 mil 700 a nivel nacional.
Un bebé de nueve meses de Beijing se encontró entre los infectados, dijeron las
autoridades, haciéndola la persona más joven que se ha confirmado ha contraído el virus,
mientras los casos sospechosos con síntomas similares a la gripa se han duplicado en las
últimas 24 horas a cerca de seis mil.
Las autoridades alrededor del país han impuesto restricciones agresivas al transporte
durante la temporada de vacaciones del Año Nuevo Lunar, la cual ahora continúa, en una
carrera para frenar las rutas de transmisión de la enfermedad.
Típicamente cientos de millones de personas cruzan China en camiones y trenes repletos
durante las fiestas del Año Nuevo Lunar, una época de reunión familiar.
De cualquier forma estas festividades han sido arruinadas este año por los esfuerzos de
contener el coronavirus, el cual puede ser transmitido entre humanos como una gripa
común.
El gobierno central dijo que extenderá la fiesta nacional, la cual inicialmente terminaría el
30 de enero, por tres días, para limitar el flujo de población.
Alrededor de cinco millones de personas habían dejado la ciudad debido a la necesidad de
viajar para la festividad del Año Nuevo Lunar, lo que aumentó más los temores sobre la
propagación del virus.
Las autoridades además cerraron los sitios públicos populares de reunión, incluyendo partes
de la Gran Muralla y los principales lugares turísticos como Disneylandia en Shanghái.
Con el virus expandido en una docena de países, el jefe de la Organización Mundial de la
Salud, Tedros Ghebreysus, viajó a Beijing para reunirse con oficiales del gobierno para
discutir «proveer mayor protección contra el brote», dijo en Twitter.
La Organización la semana pasada se detuvo en declarar el brote como una emergencia de
salud pública internacional, lo cual habría provocado más acciones internacionales
concertadas, incluyendo restricciones al comercio o a los viajes.
Se han reportado casos tan lejos como Francia, Estados Unidos y Canadá, con varios países
en Asia también detectando casos. Los infectados habían estado previamente en China.
Los Estados Unidos, Francia y Japón están entre los países que buscan evacuar a sus
ciudadanos de Wuhuan.
De cualquier forma, días después de que los planes para los vuelos de emergencia se
pusieron en marcha inicialmente, ningún avión había despegado aún.
Se sospecha que el virus proviene de un mercado que vendía una amplia gama de animales
salvajes exóticos.
El gobierno dijo que prohibiría todo el comercio de vida silvestre hasta que termine la
emergencia, pero los conservacionistas pidieron a Beijing que haga la prohibición
permanente para reducir la posibilidad de futuros brotes.
El jefe de la agencia de control de enfermedades de China, Gao Fu, dijo que «no era tan
poderoso como el SARS», pero las autoridades advirtieron que su capacidad de
propagación podría estar fortaleciéndose.
La provincia de Shandong, en el este, y cuatro ciudades, Beijing, Shanghái, Xi’an y Tianjin,
han anunciado prohibiciones a los autobuses de larga distancia que entran o salen, mientras
que algunas provincias y ciudades obligaron a usar máscaras en público.
La crisis ha abrumado los hospitales de Wuhan, lo que ha llevado a las autoridades a enviar
cientos de refuerzos médicos, incluidos médicos militares, y comenzar la construcción de
dos hospitales de campaña.
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